Cuando come con intención, a diferencia de hacer dieta de forma tradicional, no hay alimentos buenos o malos. La idea es ser consciente de qué alimentos le sientan bien y cuáles le sientan mal, ya sea física o emocionalmente.
La alimentación consciente es simplemente estar completamente presente mientras come: implica oler la comida, sentir la textura al masticar y enfocar todos los sentidos en disfrutar de la experiencia. Podemos equivocarnos cuando comemos por placer sin atención plena. Por ejemplo, quizás come más de lo que necesita si se distrae viendo la televisión o leyendo. Esto se llama alimentación inconsciente.
Enfocarse en la sensación de comer y en las emociones que surgen mientras come sirve para controlar los antojos y evitar comer en exceso, dos cosas que pueden mejorar el control del peso, la diabetes, la presión arterial y la salud en general.
Este contenido no pretende sustituir el asesoramiento médico profesional, el diagnóstico ni el tratamiento. Consultá siempre a tu médico o a otro profesional de la salud calificado ante cualquier duda que tengas sobre una condición médica.